jueves, 23 de febrero de 2012

MILHOJAS DE ATUN, JICAMA, MANGO Y AGUACATE

 Esta propuesta inicialmente la recomiendo para una ocasión donde el calor nos invite a los platillos frescos y asi mitigar un poco las altas temperaturas de nuestra querida ciudad, de la receta original donde el atún fresco no existía se me ocurrió esta variante ademas de la presentación, la ocasión fue nuevamente para el recetario del Bicentenario que realizó el Buena Mesa de esta ciudad. La fotografía de Luisa Cabello.

2 Aguacates grandes y firmes
3 Mangos grandes y firmes
1 trozo grande de atún fresco y congelado
1/2 Jícama pelada
3 Chiles Serranos o Habaneros frescos
Hojas o Brotes de Cilantro fresco
Sal de grano
Pimienta recién quebrada
Aceite de Oliva

Antes de comenzar con la elaboración es importante tomar en cuenta que para lograr la presentación de la fotografía se requiere de una mandolina y de un molde tipo aro rectangular con filo en uno de los bordes principalmente

1.- Se mandolina del mismo grosor el aguacate, jícama, mango y atún, se reservan por separado
2.- En el caso de la jícama se reserva con agua para humectarla y que no se seque.
3.- En el caso del aguacate se unta con un poco de aceite de oliva para que no se oxide
4.- Con el aro metálico se cortan cada uno de los ingredientes y se reservan nuevamente
5.- Colocar el aro y agregar primeramente un trozo de jícama, luego atún, luego mango y al final aguacate, repetir en el mismo orden hasta la obtener la altura deseada, el orden sugiere comenzar con jícama porque es mas firme que los demás elementos, el atún después de cortado deberá ya estar descongelado y fresco.
6.- Entre capas puede sazonarse con un poco de sal y pimienta.
7.- Los chiles deberán rebanarse o picarse en una brunoise muy fina cuidando de eliminar semillas y venas
8.- Para sazonar o humectar puede elaborarse alguna vinagreta, mi recomendación es una a base de cilantro y que no sea cremosa.
9.- Se retira con mucho cuidado el aro metálico y sucesivamente se van armando las torres, para evitar accidentes es bueno armarlas ya en sus platos de servicio.
10.- Decorar o acompañar con el chile, hojas de cilantro frescas y un chorrito de aceite de oliva extra virgen.

sábado, 11 de febrero de 2012

Muná



Recientemente estuve en la población de Muná, region Maya, conoci a Marta y Eli, mayas de nacimiento y con poca fluidez del español, me ofrecieron el Pib tradicional maya, que se prepara enterrando cerdo con recado rojo y envuelto en hojas de platano, coccion lenta y de un sabor delicado y elegante. Mientras sacaban el Pib se pusieron a tortear tortillas, nuestra conexion fue inmediata, mistica, nos miramos a los ojos mientras el resto del grupo tomaba fotos y hablaba, yo calladamente me fui acercando hasta quedar junto a ellas justo cuando los demas se habian retirado, en ese momento en cuanto quedamos solas todo comenzó, hablamos, compartimos, sonreimos, me explicaron como hacen el recado y los secretos para evitar enfermar a su familia por irritacion pulmonar. Fue un momento maravilloso, fluido. Al principio me senti muy alejada de una civilizacion a la cual admiro, pero mientras conversabamos encontre esa conexion mexicana que nos une.

Colocaron las tortillas en un Lek que es un huaje que las conserva calientes. Pasamos a la mesa y comenzo el festin, Sopa de Lima, Cochinita Pibil, Frijol Colado, Poc Chuc, Queso Relleno, Agua de Lima, y un desfile se platillos maravillosos, despues de haber pasado mas de una semana en Merida y haber probado platillos extraordinarios, estos sabores de La Finca Puc terminaron mi vacacion en un extasis culinario. Regrese a Monterrey con un paladar mas entendido y feliz de haber estado en Merida

martes, 7 de febrero de 2012

ESPACIOS RENOVADOS, VIDAS RENOVADAS

No es mi intención convertirme en un crítico viajero, ni suplantar el puesto de quienes se dedican a escribir o reseñar espacios de gastronomía, lo cual para mi es una actividad sumamente respetable. Este blog es un espacio para dejar plasmados pensamientos, emociones y recuerdos gratos, es como aquel diario de la infancia o el album de fotos familiar, a diferencia que hoy existe la posibilidad de compartirlo.

Tengo el privilegio de estar en la ciudad de Mérida por 1a vez, desde hacia ya tiempo esta era mi intención. Gracias a Jose Ma Alva de http://gustobuenvivir.com/ encontré el pequeño hotel http://www.casalecanda.com/ cuando viajo tengo la obsesión por la busqueda de hoteles, así he tenido la fortuna de disfrutar un edificio construido en 1500 hoy convertido en hotel  http://www.hotel500firenze.com /en/index.php una cabaña gallega o el delicioso http://www.villacondesa.com.mx/villacondesa/intro.html Quizá esta obsesión es fruto de que en Monterrey aun no sacamos provecho de este recurso, aqui solo tenemos hoteles de cadena.

Pues bien, Casa Lecanda es una combinación de las bondades que nos brinda la modernidad aprovechadas al máximo para evocar la época de princpios de siglo pasado. A diferencia de la configuración tradicional norestense de construir alrededor de un patio central muy al estilo andaluz, las construcciones del sureste mexicano son de carácter lineal.

Diferentes terrazas interconectadas invitan a ir de una en otra envolviendote en una atmosfera unica pero con un bien común, el descaso y la relajación con un toque de elegancia, sin embargo esa elegancia va muy lejos de ser sinónimo de la bochornosa arquitectura de las cadenas hoteleras, esta elegancia es el claro ejemplo de que "menos es mas" sin caer en el minimalismo qe hoy es un pretexto y gran amigo de lo austero.

Casa Lecanda es simplemente de gusto exquisito en cada detalle, no encontré un solo rincón que no fuera pensado u olvidado.

Nos hospedamos en la unica de las 7 habitaciones con camas dobles, finas sábanas de algodón, techos altos, pisos diseñados al estilo yucateco tradicional, luz tenue, almohadas sumamente confortables y lo que siempre para mi ha sido algo importante, los baños, regadera de lluvia y amplitud, además de lo necesario para hacer de la ducha diria unas verdaderas vacaciones.


Desayunamos diario en una de las terrazas, fruta fresca, pan recien hecho, algo que me cautivó fue el jugo de naranja, noté que era recien exprimido y sobre todo no refrigerado, me recordó mi infancia. Atendidas por Monica y Eduardo una pareja encantadora encargados del lugar, el de origen regiomontano lo reconocimos de inmediato por su acento y su sonrisa. Y sobre todo por Stefano el propietario que esta en todo momento al pendiente de los detalles.

La senación final es de no querer hacer check out y por supuesto de encontrar el pretexto perfecto para volver a Mérida, cabe aclarar que recorrimos otros hoteles, algunos boutique ya famosos, sin embargo no encontramos ninguno que tuviera el encanto de Casa Lecanda, ya que el precio esta muy por debajo de lo que recibes como huesped. Falta mucho por narrar del hotel no terminaria nunca de recorrer cada rincón y describirlo, sin embargo lo mejor es visitarlo sin duda alguna.